CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEL NIÑO/A DE SEGUNDO CICLO
PERSONALIDAD
3ER CURSO
A los 8 años tiene ya una conciencia creciente de
sí mismo como persona. Piensa acerca de “sí mismo”. Está en proceso de
convertirse en un individuo, en un miembro del mundo social. Habla de sí mismo
con mayor libertad. Los padres empiezan a pensar que tiene su propia
“personalidad”, por ejemplo, ven que sus expresiones faciales y gestos son “de él”.
Tiene clara conciencia de su diferencia con los demás.
Le disgusta que le traten como un niño y quiere
ser como el adulto y saber tanto como él, está impaciente por crecer. No
obstante, puede encontrarse en una lucha interna entre crecer y seguir siendo
como es.
Aumentan sus contactos sociales, se interesa por
las personas y lugares distantes en el tiempo y en el espacio. Intenta vivir
según las normas de los demás.
Para el niño de esta edad no hay nada difícil.
Explora continuamente su entorno. Lo intenta casi todo. Hace nuevas amistades y
se preocupa mucho de la opinión de los demás. Dos características destacadas
son la nueva capacidad de apreciación de los demás y los desahogos constantes.
4º CURSO
Se considera al niño de 9 años como seguro e
independiente, piensa y razona. Posee un mayor dominio de sí mismo y es más
digno de confianza. Los padres encuentran que cambios positivos.
La vida es más sencilla, disminuye la tensión y se
suavizan algunas asperezas anteriores. Es consciente de sí mismo en cuanto a
sus actividades, su propio cuerpo, su casa, la conducta de sus padres y
hermanos.
Es excesivamente ambicioso en sus exigencias,
quiere destacar y agradar a los demás. Eso a veces puede llevarle a
subestimarse y perder la confianza en sí mismo y autocriticarse.
Hace muchos planes para el futuro. Está interesado
por los demás y por ayudarlos. Puede sufrir algún conflicto entre el código
adulto y el código de sus compañeros. La propia individualidad y personalidad
del niño de 9 años se hace claramente evidente y las diferencias de niño a niño
se acrecientan.
La automotivación es la característica típica del
niño de 9 años, que adquiere nuevas formas de autosuficiencia y seguridad. Se
preocupa de prever, programar y reflexionar de antemano sobre sus actividades y
obligaciones.
EXPRESIÓN
EMOCIONAL 3ER CURSO
A los 8 años vuelven a ser una edad expansiva,
pero con un nivel superior de madurez.
Se caracteriza por valorar todo lo que sucede; se
critica a sí mismo y a los demás.
El adulto le valora más como una “persona” y se
puede conversar mucho mejor con él.
Vuelve a ser un niño “hablador”, incluso
exageradamente, que en determinadas circunstancias –furia o fatiga- levanta el
tono de voz. Tiende a dramatizarlo todo –especialmente sus propias emociones-,
a exagerar, aunque ahora ya sobre una base cierta.
Es sensible y, cuando se siente herido, le afectan
mucho las críticas y sus ojos se llenan de lágrimas.
Aunque sigue creyendo que él lo sabe “todo” y se
vanagloria de ello, empieza a reconocer que otros pueden saber más que él. Su
curiosidad se hace extensiva a las actividades personales de los demás, por
ejemplo, las conversaciones y llamadas telefónicas. Esta curiosidad sustituye a
la agresividad. Reacciona al ataque o la crítica más ofendido que con agresión.
La agresividad es principalmente verbal.
Muestra insolencia y discute pero con menos
susceptibilidad que cuando tenía seis-siete años, aunque se emociona con
facilidad. Admira a sus padres y hermanos y demuestra efusiva y abiertamente su
afecto.
Tiene un elevado sentido del humor y le agrada
sorprender a los demás en sus errores, pero no soporta que hagan bromas sobre
su persona.
Su forma descuidada de actuar suele desesperar a
la madre. Con ésta se muestra muy afectuoso pero también descarado. En general,
se muestra alegre y jovial, con accesos de risa, si bien puede también estallar
en llanto.
4º CURSO
Las trasformaciones psicológicas de esta etapa le
proporcionan un mayor dominio de sí mismo y una nueva forma de autosuficiencia,
que le hace cambiar sus relaciones con todo su entorno.
Se caracteriza por la automotivación, aplica su
mente a las cosas por propia iniciativa, con ligeras sugerencias por parte de
los demás. Se apasiona con algunas actividades, de forma que puede no quedarle
tiempo libre para nada más.
En general, tiene muchos intereses: el trabajo
escolar, lograr éxito en cualquier tarea, el futuro, la historia, aparatos
mecánicos, hacer cosas. Es un niño mejor equilibrado e independiente, más
responsable y digno de confianza. Valora su propio comportamiento, es crítico
consigo mismo e incluso puede sentir vergüenza por su conducta pasada.
Los cambios emocionales extremos son de corta
duración. Es impresionable y explosivo pero también razonable. Llora solamente
cuando se siente abrumado por sus emociones.
Se queja de las injusticias. El dominio del
lenguaje le permite expresar sus emociones. Se muestra orgulloso de sus padres,
les demuestra afecto, lo que no quiere decir que no se enfade con ellos. Ahora,
además de disfrutar con el humor, es capaz de aceptar las bromas personales.
Este es un buen momento para enseñar al niño a utilizar el humor para abortar
las burlas de los demás.
CONOCIMIENTO
SOCIAL
Los compañeros: la influencia de los iguales en
los 8 años cobra mayor importancia y la participación social se suele hacer en
pequeños grupos de amigos. El sentimiento que se crea al pertenecer a un
pequeño grupo contribuye al desarrollo del yo, es decir, de una personalidad
propia y estable, así como a una mayor conciencia social y moral.
Los adultos: las relaciones de autoridad en este
ciclo son a la vez reflejo de la inquietud y del deseo de actuar por sí mismo.
En este periodo, el niño necesita autoridad y le gusta la disciplina. Cuando no
la encuentra espontáneamente, la pide y si no la tiene en casa la busca en el
jefe de algún grupo o banda con lo que esto puede significar a otras edades.
La autoridad le produce seguridad y sensación de
estabilidad y le ayuda a controlar su inquietud, pero no le gusta que sea una
autoridad de derecho. A esta edad, el niño necesita decidir cómo ha de actuar,
y sus experiencias personales tienen un valor educativo enorme. Por lo tanto,
existir una mezcla equilibrada entre autoridad y cariño.
Como consecuencia, padres y profesores pierden una
preponderancia relativa, el protagonismo adquirido por el grupo de iguales
tiene mucho que ver con ello.
DESARROLLO
FÍSICO Y MOTOR
Morfológicamente se produce una evolución
proporcionada entre distintos segmentos corporales tanto en longitud como en
grosor. El desarrollo en estos períodos podría situarse entre los 10 y 15 cm.
para la talla y entre los 9 y 11 Kg. Para el peso.
Alrededor de los 9 años alcanza la maduración
nerviosa. Los movimientos se hacen armónicos, precisos y seguros (progresos en
el control motor grueso y fino).
El desarrollo cardiovascular se encuentra en plena
evolución, ello debe ser tenido muy en cuenta para el cuidado de los ejercicios
físicos de intensidad que pueden provocar taquicardias.
Puesto que el aparato cardiovascular y muscular
todavía no están suficientemente desarrollados en algunos de los niños,
conviene observar si camina con los hombros caídos cuando ya debía andar muy
derecho. Este defecto tiene un fuerte componente psíquico por lo que se debe
aclarar esto para ayudarlo en su seguridad y reafirmación.
DESARROLLO
FÍSICO-MOTRIZ
El niño de finales de este ciclo ya ha hecho
progresos importantes en la orientación espacial y temporal; reconoce cual es
la izquierda y la derecha de alguien situado en frente de él, sabe ir hacia la
derecha si se le pide que lo haga, es capaz de organizar hora por hora su
tiempo durante el día, comprende el paso de los días, los meses y las
estaciones, pero aún no logra situar los hechos históricos. También debe ser
capaz de seguir ritmos de cierta complejidad.
En general, el chico de estas edades alcanza un
grado de equilibrio que le permite estructurar el espacio y el tiempo así como
llegar a unos grados de rendimiento que le harán factible los lanzamientos con
precisión, los saltos eficaces, el control motor grueso y la resistencia en
esfuerzos de larga duración.
Físicamente cuenta con grandes reservas de energía
(salvo que presente un carácter indolente, algo que no conviene ya que en el
futuro podría afectar al desarrollo de su autoconcepto) y su peso y talla
siguen un desarrollo normal.
En el plano motor puede hacer todo tipo de
ejercicios con gran fuerza y destreza gracias a su capacidad de frenar, a su
fuerza muscular y a la casi total desaparición de movimientos parásitos o
sincinesias (movimientos o contracciones musculares involuntarias que aparecen
en los niños de menos edad en algún tipo de ejecución motora).
Las actividades físicas a esta edad deben de tener
como finalidad el desarrollo del autodominio, templando la fogosidad propia de
este ciclo ayudándoles a conseguir mayor relajación y calma, y lograr el
prestar atención al otro. Esto es importante ya que los niños no miden sus
fuerzas y pelean sin ninguna consideración.
Su salud es por regla general excelente y sus
reservas de energía les permiten recuperarse fácilmente.
EL SENTIDO
MORAL
El niño acepta la ley y las reglas, descubre la
noción de solidaridad, aprende a diferenciar los roles y la necesidad de una
disciplina colectiva.
En las edades de 8-9 años se produce una negación
de la convención como uniformidad social descriptiva, referido a situaciones
como formas de tratamiento a los profesores en el colegio, modos de vestir, u
ocupaciones relacionadas con el sexo, sistemas de vida familiar en diferentes
culturas y modos de comer.
DESARROLLO
SOCIAL
El comportamiento social del escolar se guía aún
por las experiencias que ha tenido y que continúa teniendo en el seno de su
familia, de aquí la gran importancia del tipo de interacción educativa (estilo
democrático, autoritarismo, permisividad, sobreprotección, etc.).
En el plano referente a la relación entre iguales,
el niño de 7 u 8 años juega bien con los compañeros de su edad y de su misma
fuerza física. En esta edad de los 8 años muestra una especial apreciación por
sus compañeros, que ocupan gran parte de su vida y de sus actividades y le
encanta trabajar en grupo.
Los compañeros constituyen, en esta etapa social y
escolar por excelencia, los grandes protagonistas. La vida y el trabajo en
grupo experimentan un gran auge, las actividades cooperativas desempeñan un
papel trascendental. La vida en pandilla, los juegos y aventuras con iguales
son del máximo interés. Los grupos tienden a ser homogéneos con relación a
características excluyentes como el sexo o la edad.
Existe una diferencia significativa que se va
marcando considerablemente y es que las niñas son más maduras socialmente que
los niños dedicando casi tanto tiempo a hablar como a jugar, cuidan más la
elección de ropa y comparten confidencias.
A los niños a esta edad, les encantan los juegos
de velocidad, de fuerza y los de pensar (ajedrez, damas, cartas, dominó...).
Acepta con seriedad las reglas y la disciplina que
esto le impone. A veces, su miedo a perder su puesto, a quedar relegado en el
grupo es tal, que en ocasiones esto basta para impedir estos cambios de humor y
conseguir que exista un mayor control de su conducta.
No obstante, en algunos casos la agresividad
persiste. Si el niño arremete a puñetazos contra sus compañeros y le gustan las
peleas, si su razón no puede hacer prever las graves consecuencias de su
actitud con los otros y consigo mismo (puesto que su agresividad le excluye del
juego) si repetidamente su comportamiento produce como consecuencia el aislamiento
en el que le deja el grupo, esto significará que existe algún problema profundo
que perturba su afectividad y desarrollo emocional.
DESARROLLO
COGNITIVO
Al final de este ciclo el niño será capaz de saber
resolver problemas en cuyo desarrollo tenga que utilizar más de una operación
matemática. Si le damos mal unos datos, debe darse cuenta de cuándo no tiene
sentido el problema. A esta edad adquiere la noción de la conservación del
peso. Hasta ahora pensaba que un objeto grande era necesariamente pesado, pero
ya no se deja engañar por la tradicional pregunta capciosa: “¿qué pesa más, un
kg. de paja o un kg. de plomo?”.
Comprende perfectamente las relaciones de causa
efecto, la reversibilidad de las relaciones de tiempo y espacio, así como todos
los sistemas de valores, reglas y códigos, pero todavía no puede realizar todas
estas operaciones lógicas si no es sobre un ejemplo concreto.
A finales de ciclo el alumno debe ser capaz de
devolver el cambio sin tener que calcularlo, detecta el absurdo de frases
aparentemente lógicas, repite al revés un número de cuatro cifras y busca rimas
a las palabras que se le proponen con una soltura de vocabulario significativo.
Desde los 8 años el niño está en proceso, que
culminará sobre los 10 años, de conseguir adoptar una perspectiva mutua,
pudiendo asumir el punto de vista de una tercera persona. Es consciente de que
en cada interacción entre dos personas ambas tienen la capacidad de conocer
simultáneamente su propia perspectiva y la del otro.
DESARROLLO
LINGÜÍSTICO
El dominio de habilidades básicas de lectura que
se tiene en estas edades, le permite informarse, aprender y disfrutar leyendo,
distinguiendo el sentido global y extrayendo informaciones específicas,
mediante estrategias tales como formular conjeturas y probarlas, avanzar y
retroceder, preguntar o consultar el diccionario.
El manejo de las concordancias de artículos y
pronombres cuando las referencias son anafóricas (no comprensibles
independientemente del contexto, por ejemplo: en la ciudad se mira en el río
que la atraviesa, el último “la” sólo puede entenderse por referencia a la
oración precedente) se va alcanzando en estas edades y se completará a los once
años.
En general, la lectoescritura se afianza sin
errores de omisiones, traslaciones, rotaciones, etc. El léxico es cada vez más
amplio y correcto, su sintaxis es más compleja y la gramática se acomoda al uso
convencional.
BIBLIOGRAFIA
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